¿QUERÍAIS PRIMOS? ¡TOMA FAMILIA NUMEROSA! (PARTE 1)

Lo que os traigo a continuación no tiene ningún desperdicio. Vaya por delante que el trabajo de investigación no lo he hecho yo, sino que en esta ocasión lo tomo prestado de Crónica Pop, el podcast que Antonio Martínez tiene en MSN Entretenimiento, al que le voy a dar una ampliación de información gráfica. Como habéis visto en el título es la primera parte, porque el contenido es amplio y no quiero agotaros de una sola vez. Empecemos el festival de primos lejanos.

Para algunos no sé si será conocida la cantante canadiense K.D.Lang. Os puedo refrescar la mente con la foto de una portada de Vanity Fair, en la que se declaraba abiertamente lesbiana:

 ¿Vamos recordando? (Alguno sintió envidia de que no fuera a él a quien afeitaba Cindy Crawford). Bien, pues nuestra artista compuso el siguiente tema que estoy casi seguro que habréis escuchado alguna vez (a no ser que tu emisora de cabecera en la radio haya sido Radiolé en los últimos 20 años):

«Constant Craving» – K.D.Lang – Ingénue (1992)

Constant craving (live) – K.D.Lang
(No os puedo poner el video original porque, supongo que la discográfica, se ha tomado la molestia de eliminar la inserción. Lo podéis encontrar en Youtube)

Unos poquitos años después, sus satánicas majestades se sacaban de la manga este otro tema, cuyo estribillo no deja casi ninguna duda de dónde pudo surgir.

«Anybody seen my baby?» – The Rolling Stones – Bridges to Babylon (1997) – {Si tenéis oportunidad escuchad «Flip the switch», de este mismo álbum, una pequeña joyita}

Anybody seen my baby? – The Rolling Stones

La señorita Lang interpuso demanda. Jagger y Richards, autores de la canción de los Stones, después de «descubrir» la canción de la canadiense añadieron su nombre y el de su co-autor, Ben Mink, en los créditos del Bridges to Babylon (esto lo añado yo de propina, que tampoco iba a ser simplemente escribir lo que he escuchado).

De los Rolling pasamos a los Beatles, en concreto a uno de sus componentes, George Harrison. Emitido hasta la saciedad tanto en radios como en campañas televisivas, habréis tenido la oportunidad de escuchar en alguna ocasión lo que viene ahora:

«My sweet lord» – George Harrison – All things must pass (1970)

My sweet Lord (Live) – George Harrison

Un ex Beatle, uno de los cuatro grandes de Liverpool sacaba su disco en solitario… pero apoyándose en The Chiffons, grupo formado en el Bronx tan solo por mujeres en los primeros años sesenta, y en su «He’s so fine»:

«He’s so fine – The Chiffons – He’s so fine (1962)

He’s so fine – The chiffons

Creo que cualquier comentario sobra.

Es cierto que en ocasiones sucede que un artista recibe una inspiración que parece haber tocado anteriormente a otro compositor (o al menos esa es la disculpa oficial que ofrecen), pero resulta cuanto menos bastante sospechoso.

A continuación vamos con algo más exótico… a medias. En el año 1976 el artista brasileño Jorge Ben Jor editaba su álbum de samba África Brasil, en el que se puede encontrar el siguiente tema:

«Taj Mahal – Jorge Ben Jor – África Brasil (1976)

Taj Mahal – Jorge Ben Jor

Pues ya que estabamos y aprovechando el tirón, el bueno de Rod Stewart editaba dos años después un álbum con uno de sus temas más populares:

«Da’ ya’ think i’m sexy?» – Rod Stewart – Blondes have more fun (1978)

Da’ ya think I’m sexy? – Rod Stewart

Pues no hijo mío, hasta me cuesta creer que alguna buena muchacha te encontrara atractivo (a tenor de lo visto en el video; en fin, para gustos los colores)… y encima el tema lo has medioplagiado. Muy mal. Escribe cien veces en la pizarra «No volveré a copiar una canción para hacerme famoso diciendo que es mía».

Ahora llega el turno de uno de mis clientes favoritos. ¿Alguna vez os he hablado de Oasis? ¿Recordáis aquellos autoplagios (ver Los repetitivos Oasis)? Pues ahora la cosa se expande. Escuchad atentamente esto:

«Step out» – Oasis – Cara B del single «Don’t look back in anger» (1996)

Step Out – Oasis

La canción mola, ¿verdad? Pues a alguien no le moló mucho cuando lo escuchó. El señor Stevie Wonder había compuesto un tema treinta (habéis leído bien, treinta) años antes, que con gusto os voy a dejar aquí al ladito:

«Up-tight (everything’s alright) – Stevie Wonder – Up-tight (everything’s alright) (1966)

Up-tight (everything’s alright) – Stevie Wonder

¿Parecido razonable? Mmmmmmmmmmm…

Ahora volvemos a los Rolling y al colmo de los colmos. En el ’69 editaban su disco Let it Bleed, en el que incluían el corte «Love in vain».

«Love in vain» – The Rolling Stones – Let it bleed (1969)

Love in vain – The Rolling Stones

Pues ojito al parche con lo que viene ahora:

«Love in vain» – Robert Johnson – (1937)

«Love in vain» – RobertJohnson

¿Cómo se os queda el cuerpo? Vale, alguno dirá «bueno, es que es una versión que hicieron los Stones». La réplica valdría si no fuera porque Jagger y compañía daban a entender que fueron los autores del tema.(en la etiqueta del vinilo original figura en los créditos que la canción la firma un tal «Woody Payne», que probablemente ni existiese). Años más tarde argumentaron que les encantaba la canción y que le aplicaron una serie de arreglos que diferían del tema original de Johnson. En cualquier caso conocemos de sobra el morro que tiene Jagger (físicamente).

Para rematar este primer bloque os dejo la historia más rocambolesca en cuestión de plagios. En 1970 la Creedence Clearwater Revival editaba su LP Cosmo’s Factory. El alma máter del grupo, John Fogerty, entre otros temas parió el que sigue:

 
«Run through the jungle» – Creedence Clearwater Revival – Cosmo’s Factory (1970)

«Run through the jungle» – Creedence Clearwater Revival

Años más tarde Fogerty iniciaba una carrera en solitario más o menos tan exitosa como la que tuvo con su formación. En su álbum de 1985, Centerfield, se incluía la siguiente composición:

«The old man down the road » – John Fogerty – Centerfield (1985)

«The old man down the road» – John Fogerty

Ante esto se produjo la paradoja de que los abogados que se encargaban de las cuestiones legales que concernían a la Creedence demandaron a Fogerty: es decir, sobre el papel Fogerty se demandaba a sí mismo. El asunto respondía más bien a los intereses de la discográfica que publicó el Cosmo’s Factory. En cualquier caso la anécdota ya queda para los libros de historia de la música.

Bueno amiguetes, creo que para ser la primera entrega no se ha dado nada mal. Pues estad atentos a las próximas entregas, que la cosa sigue prometiendo. Hasta la próxima.

Deja un comentario