Vivimos tiempos convulsos, en los que no tengo muy claro hacia dónde mira la humanidad. Se encumbra a lo zafio, lo chabacano y se dejan de lado las buenas maneras y el reconocimiento por las cosas bien hechas. Esto hace que mire hacia el pasado con (demasiada) nostalgia, cuando un podía disfrutar en televisión, en prime time, dentro de un programa musical (sí, hubo un tiempo en que eso ocurría en este país), de la actuación de un tipo como él. Hoy Leonard Cohen se nos ha ido, casi cerrando un año bastante difícil en el mundo de la música.
Los que me seguís sabéis sobradamente que no soy un erudito en esto de la música. Me gusta escribir sobre ello e investigo para aprender cosas nuevas al respecto. No esperéis un artículo especializado. En esta ocasión expongo mis recuerdos, de la mano de este hombre, que pasó a formar parte de mi culturilla popular a mediados de los años ’80. Por entonces, como mencionaba anteriormente, era bastante fácil ver en televisión, en una cadena estatal, actuaciones musicales de todo tipo de estilos, de contrastada categoría, independientemente de que sus trabajos generasen ventas estratosféricas. Así fue como pude descubrir a este artista, cuya carta de presentación para mí fue este inquietante «First we take Manhattan»:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=JTTC_fD598A]
Escritor, poeta y, como estamos conociendo, músico por necesidad, confesaba la influencia que Federico García Lorca tuvo en su obra. Así nos lo mostraba en el vídeoclip de su «Take this waltz», cantando frente a la Alhambra de Granada, tierra natal del poeta español:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=JQm1OmLMNno]
(Hace unos años, el desaparecido maestro del flamenco Enrique Morente , en colaboración con otros artistas, le devolvía el homenaje, como granadino, con su álbum «Omega». En él se pueden escuchar versiones de estos dos temas.)
Años más tarde, aún podían encontrarse programas en televisión de cierta calidad, en la que tenía cabida todo tipo de personajes. Con un estilo desenfadado, Lo + Plus nos traía entrevistas muy entretenidas, de la mano de un tándem que funcionaba más que bien: Máximo Pradera y Fernando Schwartz. En uno de aquellos programas que empezó a emitir Canal + («el plus») a mediados de los ’90, le tocó el turno a Rebecca De Mornay, una atractiva actriz de ojos azules, que fue pareja del cantante. Con el siguiente tema le prepararon un sketch, comentando que gracias a él, Cohen la pudo seducir:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=YuCpTi0EtbU]
A pesar de no disponer de unos recursos vocales importantes, su estilo resultaba de lo más elegante y tranquilo. Probablemente reflejara su personalidad.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=NGorjBVag0I]
El que para muchos ha sido un maestro, se fue con la misma elegancia que transmitía su música. Y al igual que Bowie, que también tuvo la mala idea de dejarnos este año, lo ha hecho en silencio, sin ruido. Sin ese ruido que parece que necesitan muchos personajes hoy día para hacerse célebres, sin otro elemento más que aportar que ese jaleo. Ese jaleo que tanto les gusta programar a los directivos de las televisiones actuales. Parafraseando a los geniales e inclasificables Mama Ladilla «boñiga que te ofrecen, boñiga que deglutes». En fin, supongo que algo de responsabilidad tenemos en este negocio, ¿no os parece?
Me despido con su tema probablemente más versionado, «Hallelujah», muy apropiado para disfrutarlo la tarde-noche de un sábado de noviembre, guardado en casa:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=ttEMYvpoR-k]
Rest in peace, Leonard Cohen.