HOY PABLO IGLESIAS ES … AL-GHANDOUR, EL ÁRBITRO QUE NOS ECHÓ DEL MUNDIAL 2002.

No nos resulta extraño el descubrimiento realizado, respecto a la relación entre Pablo Iglesias y los nefastos resultados futbolísticos de la selección española. Ha sido aparecer él en escena y hemops cosechado el peor resultado posible en un mundial de fútbol desde Francia ’98. No obstante, su primera aparición en contra de una selección que defiende la bandera rojaigualda se remonta doce años atrás: el mundial de Corea y Japón 2002.

Y es que en aquella ocasión, la selección, de la mano del corajudo Jose Antonio Camacho, ib a camino de hacer historia. Parecía que el único límite para aquel equipo estaba en el último partido, en la final, y que la dichosa barrera de cuartos podía ser derribada. Pero entonces nos tocó cruzarnos con uno de los anfitriones… Sobre el papel, el combinado nacional era muy superior al coreano, del que no recordamos apenas ningún nombre, salvo el de su seleccionador (¡un holandés!), Guus Hiddink. Pero hubo un factor con el que no contaban nuestros muchachos: el árbitro.
Puede que el nombre fuera exóticodurante el campeonato, pero a nosotros no nos la da, a tenor de las imágenes: es Iglesias.

 Durante los 120 minutos de juego que duró el choque (ya que hubo que ir a la prórroga), no dejó de hacernos la vida imposible, anulándonos dos goles legales. Su actitud dejó clara su subjetividad a la hora de tomar decisiones (incluso algunos recordamos la casi carantoñas que se dedicaron él y el preparador de la selección asiática). Crispó tanto la moral de nuestros jugadores que, finalmente, en la tanda de penaltis, ni tan siquiera Iker Casillas, nuestro salvador en las anteriores tandas de penaltis, pudo remediar la situación (cuentan que Iglesias le comentó algo referente a su chica, Sara Carbonero, y que el de Móstoles no se lo tomó muy bien, acabando descentrado).

Esto es lo que debió ver el lider de Podemos para anular el gol que Morientes marcaría tras el centro de Joaquín.

No es de extrañar que tras el mundial, Al-Ghandour desapareciera de los partidos de selecciones: a la FIFA le salió perfecta la jugada, congraciándose con uno de los anfitriones, y a Pablo Iglesias le dió la oportunidad de experimentar formas con las que atacar a este valiente país, que aquella mañana lloró amargas lágrimas de impotencia.

(Y ahora datos reales)

Bien, el relato no dista mucho de la realidad (salvo que por aquel entonces ni Iker Casillas ni el 99% de los españoles sabíamos quién es Sara Carbonero, amén de la participación de Pablo Iglesias en un mundial de fútbol). Lo cierto es que nos tocó un árbitro que no tenía la categoría suficiente para un evento de tal magnitud, y por otro lado el difunto Luís Aragonés aún no había enseñado a los jugadores españoles a competir (como siempre dijo de las grandes selecciones) ni les había quitado el complejo de equipo que promete mucho pero que sólo se queda en mera promesa. En cualquier caso, en aquella ocasión el villano fué una vez más el árbitro.

Y como colofón musical, os dejo con dos momentos muy del gusto de este tipo de eventos: el primero corre de la mano del compositor griego Vangelis (os ruego que no me pidáis escribir su nombre completo), que se encargó de componer el himno oficial del torneo (probablemente muchos lo recuerden):

El siguiente, como no podía ser de otra manera, le corresponde a un artista pop.En aquella ocasión, el honor fué a parar a la norteamericana Anastacia, que en aquel año pasaba por su momento más dulce (musicalmente hablando … ¿o no?). Su tema: «Boom»:

Deja un comentario