Hola a todos, en estas fechas son muy habituales una serie de contenidos en televisión, entre ellos los especiales musicales de artistas de ayer, hoy y siempre. Tenemos como abonado al 24 de Diciembre al señor Raphael, que tras una dilatadísima carrera en la que se ha mantenido siempre en los escenarios (a excepción del periodo en el que se le practicó un transplante de hígado) conserva muy buenas facultades para la canción.
Este año se unía a la fiesta el (otrora) gran artista Camilo Sesto (Camilo Blanes Cortés según su dni). Televisión Española nos emitía uno de los conciertos de despedida que dió en Madrid en Octubre de este 2010. He de decir que me tragué tanto el especial de Raphael como el de Camilo Sesto, y en el caso del segundo sentí cierta pena. Llevando una trayectoria bastante pareja a la de Raphael (entre otras cosas es tres años más joven que el de Martos y también recibió un transplante de hígado) su directo dejó muy mucho que desear. Su cara, retocada hasta dejarsela como un muñeco de cera, y su peinado, inamovible desde la década de los setenta, no iba en consonancia con su voz. A mediados de los ochenta se retiró de la música como cantante, quizá de manera premeditada. Posteriormente se sucederían retornos y nuevas retiradas que pìenso que no beneficiaron a sus cualidades como vocalista. Siempre se especuló con que tuvo alguna enfermedad que afectó a sus cuerdas vocales (¿cierto? ni idea, señores). Lo que quedó patente es que está muy lejos de lo que un día fué (y no digo que cante como cuando tenía veinte años, sino que lo haga con cierta calidad, de ahí que exponga en paralelo el caso de Raphael).
En cualquier caso, como no me gustó lo que ví en Nochebuena, aquí os dejo lo que mejor representa a este señor, que tuve que escuchar hasta la saciedad en mi casa (un beso mamá) y que dejó grandes momentos para la historia musical de este país.
Vamos con su primer gran éxito, «Algo de mí», del álbum homónimo de 1971:
No vamos a enseñarnos con lo pantalones campana, los zapatacos y el cinturón de campeón del mundo de los pesos pesados, eran los setenta.
En 1975 grabaría el musical Jesucristo Superestar (en el que probablemente dejaría muy mermada su voz), consiguiendo estar a la altura de la interpretación original de Ian Gillan, el pedazo de cantante de Deep Purple:
Getsemaní (directo – 1978) – Camilo Sesto
(admito que me resultaban cómicos los agudos, pero ojito al vozarrón que hay que tener para interpretar esto en toda su extensión). Simplemente los pelos como escarpias (literalmente). Lo mejor, las tres fans que se le tiran al cuello al final de la actuación.
Y para dejaros con buen sabor de boca, probablemente el tema más popular de su carrera, con el que hasta nosotros hemos bailado en algún garito un sábado por la noche, de su disco Sentimientos (1978).¿Cómo que no sabeis el título?: «Vivir así es morir de amor»:
Vivir así es morir de amor (directo) – Camilo Sesto
Bien es cierto que canta algún tono por debajo con respecto al original, y que se le pira un poco la pinza con la letra al comienzo («siempre se apodera de mi ser…» en lugar de «siempre me voy a enamorar…»), pero a ver quien se atreve con el tema sin salir mal parado.
Alguno me dirá «podrías haber puesto las canciones originales», pero así os demuestro que este hombre tenía unas facultades enormes, nada de retoques en estudio. Lástima que no haya sabido asimilar el paso del tiempo, en cualquier caso ahí queda el recordatorio del que fuera un gran vocalista.
Nos vemos en el próximo post. Melancolíííííííaaaaaaa……